La fisuración en el concreto armado es un fenómeno común que puede ser causado por diversos factores internos y externos.
Aunque las fisuras no siempre comprometen la seguridad estructural, es esencial identificar su origen y evaluar su impacto para garantizar la durabilidad y funcionalidad de la estructura. A continuación, se detallan las principales causas, tipos y medidas de control de la fisuración en el concreto armado:
Causas comunes de la fisuración:
Causas mecánicas:
Sobrecarga: El concreto armado puede fisurarse cuando las cargas aplicadas superan su resistencia.
Deformaciones por flexión o compresión: Las tensiones inducidas por el uso o diseño insuficiente pueden originar grietas.
Causas térmicas:
Contracción térmica: Cambios de temperatura durante el fraguado o a lo largo de la vida útil del concreto.
Dilatación por calor: Diferencias de temperatura en elementos masivos.
Causas por retracción:
Retracción plástica: Ocurre durante las primeras horas, cuando el agua superficial se evapora rápidamente.
Retracción por secado: Resulta de la pérdida de humedad a largo plazo.
Causas químicas:
Reacción álcalis-agregado (RAA): Expansión interna causada por la interacción de álcalis del cemento y ciertos agregados reactivos.
Ataque de sulfatos: Produce expansiones y degradaciones químicas en el concreto.
Corrosión del acero de refuerzo:La oxidación de las armaduras genera fisuras por la expansión del óxido.
Tipos de fisuras:
Fisuras por esfuerzo: Verticales: Asociadas a flexión. Diagonal o inclinada: Por cortante. Fisuras por contracción:Generalmente superficiales y en forma de red (mapa). Fisuras por retracción plástica:Aparecen mientras el concreto está fresco, usualmente superficiales. Fisuras por asentamiento: Aparecen cerca de las barras de refuerzo debido a la pérdida de volumen.
Tipos de fisuras:
Diseño adecuado: Asegurarse de que la estructura tenga suficiente refuerzo para controlar las tensiones. Prever juntas de dilatación y contracción. Control de calidad en los materiales:Utilizar agregados no reactivos y cemento de calidad. Proporcionar la cantidad adecuada de agua para evitar una relación agua/cemento alta. Curado adecuado: Mantener la humedad del concreto en el período inicial de endurecimiento. Protección del acero de refuerzo: Garantizar un recubrimiento adecuado para prevenir la corrosión. Usar recubrimientos o tratamientos anticorrosivos en ambientes agresivos. Inspección y mantenimiento: Realizar revisiones periódicas para identificar problemas antes de que se agraven.